
IRAM – Estudio de normas y workshop sobre el etiquetado ambiental
13 junio, 2016
2ª Clínica sobre Premezclados – Aiter y Grupo Estisol
30 junio, 2016Las mejores opciones para el aislamiento termico de cubiertas

El techo resulta el elemento más comprometido y determinante de la envolvente de un edificio. Debe responder adecuadamente a diversas solicitaciones como lluvia, nieve, granizo, viento, irradiación solar, frío y calor.
Hay diversas opciones de soluciones óptimas, desde el punto de vista del Confort Higrotérmico y del Uso Racional de la Energía, aplicable a distintos tipos de techos y a diversas cubiertas.
OPCION 1:
“DOBLE CAPA” ENTRE LISTONES ESCURRIDORES Y CLAVADORES
Se trata de un techo con cubierta de chapa y estructura de madera, con cabios de 2 x 5 pulgadas, separados 70 cm entre ejes; cielo raso de madera machihembrada de ½ pulgada (dimensiones éstas para un caso prototípico mínimo); barrera de vapor; aislante térmico (espesor mínimo en EPS de 10 kg/m3: 35 mm); listones escurridores y clavaderas y chapa de acero galvanizado.
La sección más común de los listones escurridores y de las clavaderas es de 2 x 1 pulgadas sin cepillar (25 mm de altura), aunque es frecuente encontrar en ambos, pero en especial en las clavaderas, secciones de 2 x 1½ ó de 2 x 2 pulgadas (38 y 50 mm, respectivamente).
En la solución propuesta, la primera placa (longitudinal), debe ocupar la totalidad del espacio entre los escurridores y su espesor coincidir con el alto de los mismos.
OPCION 2:
TECHO VENTILADO PARA CUBIERTAS DE TEJAS CERAMICAS
La solución del Techo Ventilado, ha sido adoptada desde hace décadas por los países con mayor tradición en cubiertas de tejas cerámicas (Italia, España, Francia, Suiza, Alemania, etc.), para prolongar la vida útil de éstas y la de las estructuras de madera que las sustentan, controlando la humedad las mismas mediante el efecto deshidratante del aire no saturado. “La ventilación apropiada que permita evacuar al exterior el vapor de agua se implementa ubicando, por debajo de la cubierta, una o dos cámaras de aire, con las correspondiente bocas de entrada y salida que activen su circulación, incluso con velocidades bajas de viento.”. Adicionalmente, este sistema ofrece un aislamiento continuo que elimina los “puentes térmicos” por lo que resulta una solución irreemplazable para cubiertas cerámicas, y aconsejable para cualquier otro tipo de terminación exterior. El INTI recomienda: “disponer, al menos, una cámara de aire de un espesor mínimo de 20 mm (si el faldón tiene longitud menor a 8 m). El espesor aumenta con el largo del faldón.”
Conviene recordar lo indicado para techos por la reciente Resolución 2265 del Instituto de Vi-vienda de la Provincia de Buenos Aires. “La aislación térmica deberá colocarse en forma de manta continua, para evitar la presencia de puentes térmicos.”
Las densidades y espesores mínimos especificados por IVBA (exclusivamente para la solución de techo propuesta: estructura de madera o chapa plegada, cubierta de chapa o cerámica, barrera de vapor y cielo raso de madera) es de 35 mm de EPS de 10 kg/m3 ó 30 mm de 20 kg/m3.
(Cabe mencionar que estos valores podrían ser mayores, dependiendo de la zona bioclimática en que se localice la vivienda y que sólo procura cumplir con “Los Estándares Mínimos de Calidad para Viviendas de Interés social” de la Dirección de Tecnología e Industrialización de la Sub-secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación, en la que no se contempla la imperiosa necesidad de un Uso Racional de la Energía).
OPCION 3:
TECHO INVERTIDO
Esta solución resulta sin lugar a dudas, la más adecuada respuesta a los innumerables problemas higrotérmicos que presentan habitualmente las cubiertas planas horizontales, tan frecuentes en las regiones más densamente pobladas de nuestro país y que corresponden a las zona bioambientales II (cálida) y III (templada cálida), según la clasificación de la Norma IRAM 11603/96.
La cubierta plana horizontal transitable (con pendientes de entre 1 y 2 %) terminada con un “doblado” de ladrillos con junta tomada o con un simple “barrido” de cemento y arena y, frecuentemente, con baldosas cerámicas rojas, resulta, con algunas variantes locales, una solución constructiva fuertemente arraigada en nuestro medio.
Algunos vicios constructivos, sumado a las amplitudes térmicas estacionales, la intensa radiación solar (que en la región puede superar, entre directa y difusa y sobre plano horizontal, los 1000 W/m2) y la elevada absorción de dicha radiación debido al color de las superficies aludidas (del orden del 75 %); producen contracciones y dilataciones que terminan afectando la estanqueidad de la capa de rodamiento y comprometen el aislamiento hidráulico de la cubierta. En los pocos casos en que se prevé una aislación térmica (de espesor casi siempre insuficiente), la misma es colocada habitualmente entre la losa estructural y el hormigón de pendiente, dejando las capas superiores sometidas a las variaciones térmicas mencionadas.
Como resultado, más tarde o más temprano, se generan distintos procesos patológicos que se van potenciando unos a otros: fisuras, agrietamientos, infiltración de humedad, desprendimiento de revoques, “englobamiento” de solados, etc.
La solución propuesta, consiste en la colocación de placas de Poliestireno Expandido (EPS) de 20 a 25 kg/m3 de densidad y de 50 a 75 mm de espesor, lisas o, mejor aún, con una configuración tipo PA (Polystyrene Advancement)∗, en la que una de las caras (la que va apoyada sobre la aislación hidráulica), presenta dos cortes de perfil sinusoidal, realizados a 90° uno del otro, determinando así una superficie texturada con pirámides truncadas de aristas curvas.
Las placas se ordenan simplemente yuxtapuestas, pudiendo mantenerse unidas, mientras dure la ejecución, con cintas autoadhesivas de embalar de papel o cualquier otro material.
Por encima de las placas, se coloca una membrana geotextil de 80 a 120 g que actúa como capa filtrante y evita el arraigue eventual de alguna especie vegetal. Esta se levanta en los bordes y se fija a las paredes mediante una babeta de chapa galvanizada plegada, atornillada e impermeabilizada con sellador de siliconas o poliuretánico. La superficie de la terraza, de tránsito eventual, se termina con una cubierta de 6 a 8 cm de canto rodado de granulometría pareja (15-30), zarandeado para eliminar los áridos finos, que sirve como superficie de rodamiento, protege las placas aislantes de la radiación ultravioleta y evita su voladura.
A modo de sugerencia, se podría complementar la terminación con caminos y “decks” de madera dura, resultando ésta, una solución de interesante valor expresivo. Una alternativa al canto rodado lo constituye la colocación de losetas de hormigón simplemente apoyadas en separadores de PVC o incluso de EPS.
Los embudos de desagüe se cubren con una suerte de canasta enrejada con forma de paralelepípedo o circular, de planchuelas y ángulos de hierro de ½” ó ¾” por 1/8” (debidamente protegidos de la oxidación), a fin de contener al EPS y el canto rodado.
En los mojinetes y sobre las losas inclinadas que suelen cubrir las escaleras, se utiliza otra técnica no convencional de aislación llamada EIFS (External Insulation and Finish System) que consiste en adherir placas de EPS de 15 kg/m3 de densidad de 4 a 6 cm de espesor con un mortero de cemento polimérico llamado “Base Coat”. Luego con una llana se distribuye el mismo Base Coat y se embebe (se fija) una malla de fibra de vidrio asódico (resistente a los álcalis) con un espesor total de 6-8 mm. Se termina con una pintura elastomérica o una dispersión acrílica de buena calidad.