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El aislamiento térmico permite ahorrar el 50% de la energía en calefacción o aire acondicionado

ARQUIMASTER Nos informa en su nota sobre los beneficios de aislar bien.

El sector de la vivienda consume un tercio de la energía generada en nuestro país, según un informe sobre uso eficiente de la energía del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

De esa cantidad, casi la mitad se utiliza para satisfacer la demanda de calefacción y refrigeración.

Del resto, un 30% como mínimo se pierde por los techos que no están aislados térmicamente en forma adecuada y permiten grandes fugas de calor en condiciones invernales o un calentamiento excesivo en épocas estivales, según ese análisis.

La aplicación de la norma IRAM 11605 de Acondicionamiento Térmico de Edificios podría reducir ese consumo en al menos un 50%, de acuerdo con el mismo estudio, en el caso de que se contemplara el uso de un material aislante térmico de dos centímetros de espesor sobre un techo plano de edificios o una vivienda individual con cubierta tradicional de tejas o chapa metálica.

Incluso si se tomara el nivel “recomendado” por la norma, mediante una aislación térmica mayor de cinco centímetros de espesor, esa demanda disminuiría por encima del 70%.

Las ventajas del ahorro energético involucran dos aspectos: el medioambiental y el económico.

En el primer caso, ese esfuerzo se justifica en que más del 60% de la energía generada en nuestro país parte de fuentes térmicas y nucleares, es decir de recursos no renovables. Y en el marco del Protocolo de Kioto, la Argentina está comprometida a no incrementar las emisiones de gases de invernadero y promover la eficiencia energética en forma continua.

Desde una perspectiva económica, la baja del consumo permitiría favorecer a la comunidad en general, aprovechando la energía ahorrada para disponer de una mayor capacidad de generación, transporte y distribución eléctrica con el propósito de utilizarla en fines productivos.

En tanto, para los usuarios residenciales significaría disminuir las erogaciones en materia energética y mejorar las condiciones de salubridad de la población, evitando trastornos producidos por humedad de condensación y deficientes condiciones térmicas.

Según la arquitecta Silvina López Planté, jefa de Asistencia Técnica de Saint Gobain Isover Argentina, principal fabricante de lana de vidrio para aislaciones de la Argentina, una vivienda de 140 metros cuadrados, con muros de ladrillo macizo de 30 centímetros y tejas con machimbre a la vista, consume 25.600 kWh (kilovatios/hora) al año en calefacción 11.500 en refrigeración, a un costo de más de 10 mil pesos anuales.

La misma vivienda con 10 centímetros de fieltro de lana de vidrio en los techos  y 5 en los muros, demanda 9.700 kWh al año en calefacción (2 veces y media menos) y 2.270 en refrigeración (5 veces menos).

La inversión necesaria con ese propósito es cercana a los 3.500 pesos y el consumo de energía anual ronda en la misma cantidad. Es decir que el ahorro es de 6.800 pesos por año, de acuerdo con la especialista.

En nuestro país, apenas un 30% de las construcciones cuenta con algún tipo de aislación, y en la mayoría de los casos sólo incluye el uso de estos productos en el techo.

Sin embargo, de acuerdo con un informe de Aislar Bien, en los últimos tres años los profesionales de la construcción incluyeron aislaciones térmicas en alrededor del 67% de las viviendas residenciales que desarrollaron.

No obstante, si todas las viviendas estuvieran aisladas, el consumo energético nacional se reduciría en un 12%.

Nota original: Arquimaster

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