Las paredes de ladrillo, hueco o común, conforman una barrera térmica insuficiente. Una pared de ladrillo cerámico hueco de 18 cm, la más ancha habitualmente, no cumple con los requerimientos mínimos de confort que indican las normas IRAM de Acondicionamiento Térmico de Edificios.
La deficiencia es más notoria en los materiales con los que habitualmente se resuelven los muros exteriores: huecos de 8 y 12 centímetros, bloques de cemento y ladrillos comunes. Ya sea por falta de información o por un ajuste en los costos, lo cierto es que, al no considerar soluciones térmicamente eficientes, se está “ahorrando” en el rubro equivocado. Las consecuencias de construir una envolvente deficiente impactan directamente en el consumo energético y en la salubridad de los ambientes.
Cambiar el revoque exterior tradicional por uno termoaislante como el Isolteco lo encarece un porcentaje aproximado al 20%… pero esta solución permite mejorar hasta en un 90 % la aislación térmica del cerramiento, alcanzando los estándares de confort que establecen las normas antes mencionadas sin cambiar la apariencia ni considerablemente el espesor del muro.
Aprovechamos para remarcar que según los especialistas, es más efectivo aislar desde la cara externa del muro: “Así se consigue darle mayor inercia térmica a la construcción y llevar al punto de rocío lo más alejado posible de la cara interna de la pared”, detalla el manual de la Asociación Argentina del Poliestireno Expandido (AAPE).
El calor y el frío no solo entran por la ventana. Aislar los muros colabora con la salud y el medio ambiente.
Normas que se deberán utilizar:
Estas normas son necesarias para cumplir con la LEY 13.059 de la Provincia de Buenos Aires.